El VAR volvió a dar la nota en Champions League con una sinfonía que dejó en shock al Barcelona.

 

Noche negra para el VAR en Europa. Tras los tres penaltis birlados a Real Madrid, Atlético de Madrid y el propio Barcelona la pasada jornada de Champions League, en el día de ayer el conjunto catalán terminó por quedar en shock tras la actuación del vídeo-arbitraje en su partido correspondiente a la jornada 3 frente al Inter de Milán disputado en el estadio de San Siro.

 

1) 6 minutos para el fuera de juego semiautomático

 

22 minutos tardó el VAR en hacer acto de presencia. El arbitraje de Vincic tuvo de todo menos un nivel acorde a la máxima competición europea, errando en absolutamente todas las jugadas determinantes del encuentro. La primera de ellas, un penalti como un piano de cola de Eric García anulado por un fuera de juego en la acción previa. Pese a ser fuera de juego, la pena máxima no había sido señalada por el colegiado esloveno.

 

 

Curiosamente, lo que había llegado para ser la revolución del fútbol, el fuera de juego semiautomático, tardó 6 minutos en ser mostrado en la retransmisión. Mientras tanto, el VAR tiró de líneas, como siempre, línea gorda que minimice los daños y posible error en su análisis. Resultó llamativo comprobar que pese a la campaña de absoluto humo por parte de la FIFA, para acciones justas que se deben resolver al momento, el vídeo-arbitraje sigue usando las líneas. Se podría decir que el fuera de juego semiautomático es tan solo un juguete de cara a la galería, ya que en los momentos cruciales, no hace acto de presencia.

 

 

El aviso de Nacho Tellado en julio

 

Nacho Tellado, que conoce a la perfección este tipo de productos, ya avisó de la dificultad que entrañaba el uso de una herramienta tan compleja.

 

«En marzo del año pasado me avisaron de que me iban a copiar el sistema de captura de movimiento 3D para venderlo como la nueva novedad de la FIFA. Y si han tardado un año en anunciarlo es porque se han encontrado con los mismos problemas que me encontré yo en su momento, ya que es un método muy complejo».

 

Si el VAR necesita 6 minutos para mostrar la imagen del fuera de juego semiautomático, ¿Qué valor real tiene de cara a un partido en el que no se puede esperar tanto tiempo? ¿Por qué crean la imagen después de tomar la decisión con el método de siempre?

 

«¿A mi quién me enseña que ese 3D está perfectamente solapado? Es una forma de prevaricar más fácil que las líneas del VAR. En una imagen el hombro está arriba, pero yo en el análisis lo pongo un poco más abajo, te añado florituras para que te quedes hipnotizado y lo muestro en la retransmisión».

 

2) Roja perdonada a Çalhanoğlu

 

Medida la segunda mitad, una entrada muy fea de Çalhanoğlu sobre Sergio Busquets acabó con cartulina amarilla para el jugador del Inter de Milán. Cuando todo el mundo pensaba que sería revisada por el VAR, el colegiado del partido dio luz verde al juego, dejando al jugador turco en el campo. La acción tiene poco debate, es una entrada a la altura de la tibia levantando la pierna en exceso y con uso excesivo de fuerza. Roja directa de manual.

 

 

3) Toque cabeza o no, es penalti

 

Para rematar una noche completamente negra del VAR en el estadio de San Siro, en el descuento se vivió la situación más surrealista de los últimos años en Champions League. Una mano completamente flagrante de Dumfries dentro del área fue pasada por alto como si nada. Tras su revisión, el VAR dio luz verde a Vincic, nuevamente, para poner en juego el balón.

El argumento de algunos «periodistas» del mundo del fútbol es comentar que, antes del toque en la mano, el balón roza levemente en la cabeza del jugador del Inter de Milán. Dicho roce es indiferente, sigue siendo penalti. Para considerar está acción no punible tendría que haber un desvío claro habiendo jugado el balón y que dicho desvío impactase en la mano posteriomente. La acción de Dumfries no cumple el primer punto de la norma y el penalti tendría que haber sido señalado.