El VAR no quiso ver una mano de Grealish que no apreció en directo Michael Oliver en el Manchester City – Chelsea de la FA Cup.

 

La tan esperada semifinal de la FA Cup entre el Manchester City y el Chelsea no decepcionó para nada y fue un gran espectáculo disputado hasta el final. Un Manchester City que, tras la eliminación de la Champions League, se le notó incomodó con su juego y tuvo una serie de dificultades para manejar el ritmo y controlar al rival. Un primera mitad que quedó marcada por los fallos de cara a puerta de Nicolás Jackson. El ex-jugador del Villarreal y de LaLiga EASports, tuvo en sus botas la oportunidad para adelantar a los ¨blues¨, trasladando al marcador la superioridad que se dio durante largos tramos. No obstante, la igualdad se mantuvo y el resultado se cerró con el 0-0 en el marcador tras la primera parte.

 

¿Por qué pasó el VAR de la mano de Grealish?

 

Corría el minuto 55 del partido cuando una falta favorable al Chelsea sembró la polémica. Palmer se disponía a probar suerte hacia la meta de Stefan Ortega. El jugador inglés, que se encuentra en un estado de forma excepcional y quería seguir con la racha de las últimas jornadas, estrelló su lanzamiento en la barrera, concretamente en el brazo de Jack Grealish, el cual se encontraba despegado del cuerpo y en una posición antinatural. Una acción más que sorprendente por la decisión final del cuerpo arbitral. El colegiado Michael Oliver no vio nada punible en el directo y desde el VAR no corrigieron el error grosero del colegiado inglés que, para sorpresa de muchos espectadores, no señaló con los once metros.

Esta jugada pudo cambiar el devenir del encuentro y, posteriormente, el resultado final, ya que el cansancio y la falta de acierto hicieron mella, mejorando el juego del Manchester City durante los tramos finales del partido y consiguiendo la diana de Bernardo Silva tras un maravilloso pase de De Bruyne que no pudo despejar correctamente Petrovic. Con el resultado final de 1-0 es inevitable pensar que hubiera ocurrido si Michael Oliver hubiera señalado la pena máxima en esa acción o si el VAR, máximo culpable de no modificar la decisión inicial, hubiese hecho su trabajo correctamente. Se trata de una mano de libro que debió ser penalizada.