El CTA considera que el penalti sobre Brahim se trata de un error claro y manifiesto en el cual debió intervenir el VAR.

 

El Real Madrid se llevó los tres puntos del Coliseum en un partido en el que, una vez más, el VAR, junto con De Burgos Bengoetxea, fueron protagonistas absolutos de la noche. Tanto fue así que el propio Carlo Ancelotti, tras la finalización del encuentro, se dirigió al colegiado vasco para protestar dos acciones que, en su opinión, habían sido mal peritadas. Y así fue, dejándose incluso una más por el camino. La primera de ellas se produjo en el minuto 70, cuando Vinicius se plantaba mano a mano con David Soria. El brasileño, en el momento de armar el disparo, recibe un empujón por la espalda con las dos manos de Diego Rico, impidiendo el correcto remate del jugador del Real Madrid. Si bien es cierto que es una de esas acciones que casi nunca se castigan, se trata de una infracción.

La segunda acción polémica, absolutamente inexplicable por parte de De Burgos Bengoetxea y el VAR, fue el penalti no señalado sobre Brahim. El jugador del Real Madrid se interna en el área y es trastabillado de forma clara por Gastón. Se puede apreciar en la repetición como el defensa traba y derriba a su rival sin llegar a contactar con el balón en ningún momento. La pena máxima era clara y manifiesta pero, para sorpresa de todos, ni el colegiado vasco ni el VAR decidieron tomar cartas en el asunto. El error es de bulto y hasta en el Comité Técnico de Árbitros existe unanimidad en torno a esta jugada. Según ha podido saber Archivo VAR, el penalti a Brahim se tacha de «clarísimo». No entienden por qué Jaime Latre, en el VAR, no intervino para avisar a De Burgos Bengoetxea de su error.