Slavko Vincic, árbitro del escándalo del Inter de Milán – Barcelona, designado por la UEFA para la final de la Champions League entre Real Madrid y Borussia Dortmund.

 

La UEFA ha perdido por completo los papeles. El máximo organismo del fútbol europeo ha decidido designar para la final de la Champions League, que tendrá lugar el próximo 1 de junio entre Real Madrid y Burussia Dortmund, a Slavko Vincic. El colegiado esloveno protagonizó una de las actuaciones bochornosas que se recuerdan de los últimos años en la máxima competición europea tras ser designado para un Inter de Milán – Barcelona en la que ambos equipos se jugaban el pase a los octavos de final. Tras dejar sin expulsión a Calhanoglu por una entrada muy dura sobre el tobillo de Sergio Busquets, se tragó una mano de libro de Dumfries en los instantes finales, privando al Barcelona de la victoria. Dicho encuentro condenó al conjunto culé a la eliminación, lo cual agrava considerablemente la deficiente actuación de Slavko Vincic.

 

El reglamento dejó en evidencia el arbitraje de Slavko Vincic en el Inter de Milán – Barcelona.

 

 

Por si esto fuera poco, el árbitro esloveno fue designado para el Borussia Dortmund – Atlético de Madrid de la presente Champions League, cuajando un nuevo arbitraje de excesiva mediocridad, interviniendo en numerosas ocasiones sin que el encuentro lo requiriese. Cometió numerosos errores de apreciación y terminó desquiciando a los jugadores de ambos equipos. Pese a ello, la UEFA ha decidido darle el mando de una final de Champions League que, casi con toda seguridad, le pasará por encima como un tren de mercancías. Cabe resaltar que el máximo mandatario de la UEFA, Aleksander Ceferín, como el colegiado, es de nacionalidad eslovena, lo cual evidencia que quizá es más importante el nivel de contactos de los que se disponga, que el nivel de arbitraje.