Soto Grado se inventó una mano de Gavi en el descuento del Getafe – Barcelona dejando al equipo culé sin un penalti de Juan Iglesias sobre Araujo.

 

El descuento de la segunda mitad del Getafe – Barcelona no pudo acabar de una manera más surrealista que la vista en el Coliseum Alfonso Pérez. Tras un encuentro de mucha intensidad en el que ambos equipos terminaron con diez jugadores, una caída de Araujo dentro del área del Getafe generó la situación más polémica de la primera jornada de la nueva temporada de LaLiga EASports. El central del Barcelona, sumado al ataque en busca del gol de la victoria, recibía una patada de Juan Iglesias y caía derribado. Durante un par de minutos, la incertidumbre se apoderó del césped del feudo azulón mientras, Soto Grado, con la mano en el pinganillo, escuchaba a su compañero Iglesias Villanueva, árbitro de la sala VOR.

Entre protestas y abucheos, Soto Grado, tras realizar la señal de VAR, se dirigió al monitor. La acción no admitía dudas, Juan Iglesias golpeaba de una patada el pie derecho de Ronald Araujo sin alcanzar en ningún momento el balón, sin embargo, pese a la claridad de las imágenes, el colegiado castellano-leonés decidió rebobinar unos segundos para sancionar una «mano» de Gavi en la acción previa.

 

La mano de Gavi NO es punible

 

 

El reglamento ha sido modificado tantas veces en los últimos años que la gran mayoría de aficionados siguen pensando que cualquier mano en ataque es mano, y no es así. La norma cambió ya en la pasada temporada para valorar como sancionable únicamente las manos involuntarias que precedan a un gol, anotado por el jugador que comete la mano. Si se produce una mano en ataque y la acción no termina en gol, la mano se debe valorar con el reglamento. Centrándonos en el caso de Gavi, se trata de una mano involuntaria, fruto del agarrón que está sufriendo por parte del jugador del Getafe y, además, llega tras rebotar el balón en su propio pecho. No es punible ni está cerca de serlo.