Noche negra para Clément Turpin en el Santiago Bernabéu: El colegiado francés cometió cuatro errores importantes en el Real Madrid – Manchester City.

 

El Real Madrid – Manchester City disputado en la noche de ayer en el estadio Santiago Bernabéu dejó un encuentro vibrante… y un arbitraje muy por debajo del nivel exigible para un partido de Champions League de tal magnitud. Clement Turpin, pese a ser uno de los mejores árbitros en activo, firmó una de sus noches más irregulares: tomó decisiones discutibles en directo, necesitó dos correcciones del VAR y, aun así, debió ser rectificado en una tercera acción que pasó inadvertida para la sala VOR. El partido acumuló hasta seis jugadas polémicas, varias de ellas de enorme trascendencia, y en las situaciones más límite Turpin tampoco acertó en su criterio. Una actuación frágil que condicionó fases del juego y que, con la primera acción polémica del encuentro, empezó a mostrar grietas.

 

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¿Hay penalti de Matheus Nunes sobre Vinicius?

 

La primera polémica llegó nada más arrancar el partido, cuando Vinícius cayó derribado por Matheus Nunes al borde del área. Turpin señaló penalti con una seguridad que duró apenas segundos: el VAR le avisó de inmediato de que el contacto se producía fuera del área, unos centímetros antes de la línea, por lo que la acción debía sancionarse como falta y no como pena máxima. Al tratarse de una jugada objetiva, sin interpretación posible, la corrección llegó por comunicación directa, sin revisión en monitor. Fue el primer error del colegiado francés.

 

 

¿Es punible la mano de Matheus Nunes tras el centro de Vinicius?

 

La segunda acción polémica llegó tras un centro de Vinícius que impactó en el brazo de Matheus Nunes dentro del área. El Real Madrid pidió penalti, pero la decisión fue correcta: el brazo del jugador del City estaba en posición natural, próximo al cuerpo y en pleno gesto de recogida, no en apertura para ocupar espacio. El reglamento es claro ante este tipo de manos: no es punible. Clément Turpin, tras la rápida confirmación del VAR, dejó seguir el juego. Una protesta más generada por la tensión del partido que por la acción en sí.

 

 

El error más grave del VAR y Clément Turpin

 

La acción más polémica del encuentro, y el error más grave del arbitraje, llegó en el gol del empate del Manchester City. En el lanzamiento de córner, Courtois inicia la salida para atacar el balón, pero Bernardo Silva le agarra el brazo de forma continuada mientras el balón vuelta hacia el área. No es un simple contacto: es una sujeción sostenida y antideportiva que constituye falta desde el primer instante en el que el balón está en juego. El agarrón condiciona la decisión de Courtois, que deja de salir y retrocede hacia portería. Y aunque hay quien argumenta que logra colocarse igualmente, la clave es otra: el guardameta intenta ir al balón y un rival se lo impide ilegalmente. Que el fallo posterior en el rechace sea o no fruto del retroceso ya es irrelevante; la infracción existe y tiene impacto.

El VAR, centrado en un forcejeo entre Rubén Dias y Rüdiger, en el que no hay falta del atacante sobre el defensor, ni penalti del defensor sobre el atacante, pasó por alto lo esencial: la infracción de Bernardo Silva sobre el portero del Real Madrid.

 

 

 

Tercer error de Clément Turpin en la primera mitad

 

La primera gran intervención del VAR, tras comerse la infracción de Bernardo Silva sobre Courtois, llegó en el minuto 41, en una acción que Clément Turpin no detectó en directo. Un centro lateral buscaba a Haaland, que había ganado claramente la posición a Rüdiger para atacar el balón. El alemán, superado, recurrió a lo único que le quedaba: agarrarlo con ambos brazos, primero sujetándolo por la cintura y después tirando de la camiseta hasta desequilibrarlo, impidiéndole así llegar al remate. La infracción es evidente y tiene influencia directa en la jugada. El VAR llamó al árbitro y Turpin, tras una revisión de apenas 5 segundos en el monitor, señaló correctamente penalti y mostró tarjeta amarilla a Rüdiger, adecuada al tratarse de un ataque prometedor y no una ocasión manifiesta de gol.

 

 

¿Hay penalti de Gvardiol sobre Asencio?

 

La quinta acción polémica llegó en una caída de Asensio dentro del área tras un forcejeo con Gvardiol. A velocidad real puede parecer penalti, pero la repetición aclara la secuencia: Asensio es quien inicia la infracción, extendiendo la pierna hacia atrás para bloquear la carrera del defensor. Ese gesto provoca la caída de Gvardiol y, como consecuencia de esa caída, el central arrastra a Asensio sujetándole de la camiseta. No puede sancionarse penalti porque el derribo nace de una falta previa del atacante. Además, el balón no va a la zona de disputa, por lo que la acción carece de impacto real en el juego.

 

 

Clément Turpin redondeó su noche negra con dos errores en una misma acción

 

La última acción polémica llegó en los minutos finales, cuando Rüdiger, ya amonestado, protagonizó un duelo con Savinho. Turpin señaló falta del central alemán en una acción que, en realidad, no debía sancionarse: el atacante fuerza el contacto y Rüdiger no comete infracción. Sin embargo, una vez que el árbitro decide pitarla, el reglamento es inequívoco: al tratarse de un ataque prometedor, la acción exige tarjeta amarilla. Y ahí llega el doble error. Turpin se equivoca primero al señalar una falta inexistente y, después, al no mostrar la segunda amarilla que habría supuesto la expulsión del central. Un fallo de criterio que cerró una actuación para olvidar en el Santiago Bernabéu.