El VAR decidió intervenir en el Real Betis – Barcelona para castigar una mano de Marc Bartra que, con el reglamento actual, no debería ser punible.
El reglamento del fútbol ha ido abrazando la lógica en la mayoría de sus áreas: ya no todo contacto es falta, ya no toda acción sobre el tobillo de un rival es roja, y en las propias manos se han introducido criterios sensatos, como no sancionar rebotes inevitables tras jugar el balón o acciones tras un despeje de un compañero. Pero, aun así, falta un tramo importante por recorrer. Hay situaciones en las que, en la interpretación de la norma, sigue imponiéndose la falta de sentido común, castigando manos sin influencia real en la jugada. En casi todo el reglamento se ha alcanzado un equilibrio razonable; en las manos, ese equilibrio sigue incompleto y se nota demasiado.
La falta de análisis lógico en la mano de Marc Barta
El ejemplo más reciente de esa falta de lógica en la aplicación del reglamento lo vimos anoche en el Benito Villamarín, con la mano de Marc Bartra que terminó señalándose como penalti tras revisión en el VAR. La jugada es sencilla de describir: un disparo de Rashford que golpea primero en el muslo del central, desviando por completo la trayectoria del balón y transformándolo en un envío vertical, sin dirección a portería y sin peligro real. Es decir, el remate ya está neutralizado por la intervención del propio defensor. Sin embargo, mientras ese balón sube, termina tocando en un brazo extendido.
Y ahí aparece el problema: tanto el VAR como Hernández Maeso valoraron únicamente la posición inicial del brazo, por encima del hombro, ignorando por completo el requisito fundamental del reglamento, que exige que la mano corte un pase o un disparo. En resumidas cuentas, una acción con impacto real. Aquí la mano no corta nada; la acción decisiva es el desvío del muslo. Si la mano no existiera, el balón subiría en vertical y caería plácidamente en manos del portero. Pese a ello, se sancionó penalti, no por lo que la jugada es, sino por una lectura mecánica que prescinde del sentido común que el reglamento permite y exige aplicar.
🖥️💥 Exceso de protagonismo del VAR en el Real Betis – Barcelona.
👉🏻 Marc Bartra toca el balón con el brazo tras haberlo desviado en vertical hacia arriba.
❌ 𝗡𝗢 𝗘𝗦 𝗣𝗘𝗡𝗔𝗟𝗧𝗜.
▪️ La normativa especifica que la mano debe cortar un pase o un disparo a portería. pic.twitter.com/hlnmgRO6zA
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) December 6, 2025
¿Es comparable con la mano de Eric García en el Santiago Bernabéu?
Uno de los ejemplos que más se utilizó para intentar justificar el penalti de Marc Bartra fue la mano de Eric García en el último Real Madrid–Barcelona. Pero comparar ambas jugadas no tiene ningún sentido. En el caso de Eric García, el balón vuelve a quedar vivo dentro del área tras rebotar en Bellingham, no en el central, y, cuando la jugada sigue teniendo peligro real, el defensa levanta el brazo al paso del balón, interceptándolo en pleno movimiento. Es una mano que va hacia el balón y no al revés, como sucede en el caso de Marc Bartra. Por eso es penalti claro.
🖥️💥 Cara y cruz para el VAR en el Santiago Bernabéu.
👉🏻 Eric García levanta el brazo y desvía el balón dentro del área tras un toque previo en Bellingham.
✅ 𝗘𝗦 𝗣𝗘𝗡𝗔𝗟𝗧𝗜.
▪️ La clave de la acción es que la mano va hacia la dirección del balón y no al contrario. pic.twitter.com/uemCS214uC
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) October 26, 2025
¿Es comparable con la mano de Fabio Cardoso en el Reale Arena?
Algo similar ocurrió con la mano de Fabio Cardoso en el Real Sociedad–Sevilla, otra jugada utilizada para intentar equiparar lo de Bartra. Y, de nuevo, no hay comparación posible. En esta acción, Cardoso no contacta con el balón: el esférico bota en el césped y va directamente hacia sus brazos, que están abiertos y por encima del hombro mientras se lanza hacia delante. Justo detrás tiene a un jugador de la Real Sociedad que puede rematar ese balón. Es decir, su mano sí interrumpe una acción de verdadero peligro, corta una posibilidad real de remate. Por eso es penalti.
⁉️💥 ¿Es punible la mano de Fabio Cardoso?
✅ 𝗦𝗜.
👉🏻 El jugador del Sevilla, que no llega al balón, tiene el brazo por encima del hombro y en posición antinatural.
▪️ Perfectamente visto y explicado por Cordero Vega a los jugadores sevillistas sobre el césped. pic.twitter.com/OGD6w4ZC1r
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) October 24, 2025
La lógica debe imperar en la interpretación de las manos
Y todo esto nos lleva a una conclusión que ya está presente en muchos puntos del reglamento: la lógica y el impacto real en la jugada deben prevalecer. Ya hay manos que, aun con el brazo en posición antinatural, incluso por encima del hombro, no se sancionan porque el sentido común indica que no alteran nada. Ocurre cuando un jugador intenta controlar un balón dentro del área y, tras fallar el gesto, este le rebota en la mano: aunque la mano esté extendida, no es penalti, porque es una acción propia del juego y sin beneficio indebido. Lo mismo cuando un compañero despeja y el balón impacta en el brazo de otro defensor: el reglamento entiende que sancionar ese rebote sería absurdo, porque la jugada ya está resuelta y no hay peligro que cortar. Es pura lógica aplicada a la norma.
Esa misma lógica, que también vemos en acciones sin balón, como pisotones involuntarios en los que el VAR no interviene porque no afectan a la jugada, debería haberse aplicado en la mano de Bartra. Porque en esta acción sucede exactamente lo mismo: el impacto relevante es el del muslo, ahí muere la jugada, ahí se neutraliza el disparo. Todo lo que ocurre después es un balón que sube sin destino, sin atacante cerca, sin peligro real, un balón que acabaría mansamente en las manos del portero.
⁉️💥 ¿Es punible la mano de Giuliano dentro del área?
✅ 𝗡𝗢.
👉🏻 El balón llega al brazo del argentino de manera imprevista y no tiene ninguna trascendencia en la acción, ya que el balón se marchaba por línea de fondo.
▪️ Acción que se debe juzgar desde la lógica. pic.twitter.com/SbyPJRsYQ7
— Archivo VAR (@ArchivoVAR) December 21, 2024
¿Puede haber rebotes muslo–mano punibles?
Por supuesto: si el balón mantiene dirección de remate, si llega a un rival, si interrumpe una ocasión. Pero aquí no pasa nada de eso. Y si el reglamento exige que la mano corte un pase o un disparo, entonces esta acción no encaja. Lo que corta el disparo es el muslo; la mano llega cuando ya no hay nada que cortar. Por eso es una mano que, igual que las otras que el fútbol ya ha aprendido a interpretar con sentido común, no debería ser penalti. Y si queremos un deporte menos confuso, es ahí donde debe asentarse el criterio.


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